De Sol. A Sol.
De sol a sol. Ésta es la atávica forma poética de referirse a la jornada laboral del individuo corriente, ése cuyas sanas y legítimas reivindicaciones han hecho germinar el 15-M y las acampadas que le sucedieron. Tras las manifestaciones convocadas por la organización activa ‘Democracia Real Ya’ (DRY), un grupo de manifestantes decidió protagonizar una sentada pacífica en la Puerta del Sol de Madrid a imitación de las revueltas ocurridas en el mundo árabe. Unas y otras tienen en común la lucha contra coercitivas dictaduras: en éstas, contra sátrapas corruptos y codiciosos que envejecen con el cetro en la mano; en los países occidentales, contra la dictadura de los mercados, del neoliberalismo fagocitador y, principalmente, contra sus hipócritas paladines, los políticos, que –en palabras de José Luis Sampedro– representan un «sistema falsamente democrático». A Sol, pacíficamente, imparables. De aquello, tan asumido hoy, tan sorprendente entonces, hace hoy precisamente una semana. De Sol nació un movimiento imparable, revolucionario, que contagió en unas horas toda la península y, pasados sólo unos días, se extiende a la velocidad de la luz por todo el continente y por medio mundo: Sol se ha convertido en el centro de la Tierra, éste es uno de los efectos positivos de la mundialización. Pero podemos correr el riesgo de individualizarnos, de desorientarnos en la erupción de manifiestos locales, de propuestas nacionales que no son debidamente encauzadas, si descuidamos esta nueva clase de heliocentrismo: las convulsiones de los miembros de un cuerpo acéfalo son el preámbulo de su fin, algo que no podemos dejar que ocurra nunca. ¡Debemos [r]evolucionar! Y sólo podremos [r]evolucionar conscientes de nuestra dependencia: del incremento de conciencias despertadas, del apoyo de otros grupos organizados y asociaciones, del resto de campamentos, de Sol. No restar, sino sumar; no dividir, sino aunar. Sol debería ser la única luz que nos alumbrase, luz que deberíamos trasladar al conjunto de la sociedad con puestos informativos en los barrios, carteles, talleres, o de cualquier otro modo creativo que se os ocurra. A Sol deberíamos trasladar nuestras propuestas de ámbito nacional y nuestras preocupaciones organizativas, como la necesidad imperiosa de modificar la ley orgánica del Régimen Electoral Central, por ejemplo. Lo que de Sol ha venido a Sol le debe ser devuelto, y trasladarnos juntos, todos juntos, en una misma dirección. De Sol. A Sol.